Cálculos Renales o Litiasis de las vías Urinarias

Los cálculos renales (litiasis renal, nefrolitiasis) son depósitos duros de minerales y sales que se forman dentro de los riñones.

Se estima que una de cada diez personas tendrá un cálculo renal en algún momento de sus vidas. La prevalencia de cálculos renales ha aumentado significativamente en los últimos 40 años. Este aumento se ha observado tanto en hombres como en mujeres.

El riesgo durante la vida de tener cálculos renales es de aproximadamente el 19% en hombres y el 9% en mujeres. En hombres, el primer episodio es más probable que ocurra después de los 30 años, pero puede ocurrir antes. Enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad pueden aumentar el riesgo de formación de cálculos renales.

Los cálculos renales pueden medir desde algunos milímetros a varios centímetros. Los cálculos renales pequeños (menos de 5 mm) pueden pasar por el tracto urinario y ser eliminados con muy poco o nada de dolor.

La mayoría de los cálculos renales no causan daños permanentes. Sin embargo, los cálculos grandes pueden ser muy dolorosos, impedir el flujo de la orina y provocar la presencia de sangre en la orina y otros síntomas.

Causa de cálculos renales

En general, los cálculos renales se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales presentes en la orina se cristalicen y se aglomeren. Los cristales atraen otros elementos y se unen para formar un sólido que se agrandará a menos que se elimine de la vía urinaria con la orina.

Las sales que forman cálculos son calcio, oxalato, urato, cistina, xantina y fosfato. Después de que se forma, el cálculo puede permanecer en el riñón o descender por el uréter. A veces, pequeños cálculos salen en la orina sin causar demasiado dolor. Pero los cálculos que no se mueven, obstruyen la vía urinaria y pueden causar una acumulación de orina en el riñón, el uréter o la vejiga.

Algunas causas implicadas en la formación de cálculos incluyen beber muy poca agua, obesidad, cirugía para bajar de peso o comer alimentos con demasiada sal o azúcar. Las infecciones y los antecedentes familiares pueden ser importantes en algunas personas. Comer demasiada fructosa se correlaciona con un mayor riesgo de desarrollar un cálculo renal. La fructosa se puede encontrar en el azúcar de mesa y en el jarabe de maíz alto en fructosa.

¿Existen diferentes tipos de cálculos renales?

Existen diferentes tipos de cálculos renales, de diferente composición, los que se originan por diferentes causas. Conocer el tipo de cálculo renal ayuda a determinar la causa y puede ofrecer indicios sobre cómo reducir el riesgo de tener más cálculos renales. De ser posible, si eliminas un cálculo renal intenta conservarlo para llevárselo al médico a fin de que se analice en el laboratorio. Si tienes síntomas sugerentes de cálculos renales, puede orinar a través de un colador o cedazo lo que facilitará la captura del cálculo al momento de su eliminación.

Tipos de cálculos renales:

  • Cálculos de Calcio. La mayoría de los cálculos renales son cálculos de Calcio, por lo general, en forma de Oxalato de Calcio. El Oxalato es una sustancia que se encuentra en los alimentos de forma natural, y también la produce el hígado a diario. Algunas frutas y vegetales, así como las nueces y el chocolate, tienen un alto contenido de Oxalato. Los cálculos de calcio pueden también producirse en forma de fosfato de Calcio.

Los hábitos alimenticios, las altas dosis de vitamina D, la cirugía de bypass intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la concentración de Calcio u Oxalato en la orina.

  • Cálculos de ácido úrico. Este es otro tipo frecuente de cálculo renal. Los cálculos de ácido úrico se pueden formar en personas que no beben la suficiente cantidad de líquido o que pierden mucho líquido, aquellas que consumen una dieta alta en proteínas o aquellas que tienen gota. Los alimentos como las vísceras, algunos peces y los mariscos tienen altas concentraciones de un compuesto químico natural conocido como purinas. El alto consumo de purinas conduce a una mayor producción de urato, que, en las condiciones adecuadas, puede formar cálculos en los riñones. Ciertos factores genéticos también pueden aumentar el riesgo de padecer cálculos de ácido úrico.

La gota es una forma común de artritis producto de la cual se acumula ácido úrico en la sangre y articulaciones. El ácido úrico se origina a partir de la descomposición de las purinas. Normalmente, el ácido úrico se disuelve en la sangre, es filtrado por los riñones y se elimina la orina. En ocasiones, el ácido úrico puede acumularse en cristales con forma de aguja en las articulaciones, lo que produce es muy doloroso, y produce hinchazón, enrojecimiento, calor y rigidez de la articulación afectada. Los cristales también pueden causar cálculos renales.

  • Cálculos de estruvita. Este tipo de cálculo es menos frecuente, son también conocidos como cálculos coraliformes. Están formados de un mineral llamado Estruvita, que consta de fosfato, amonio y Magnesio. Los cálculos de estruvita son causados ​​casi siempre por infecciones en el tracto urinario superior. Estos cálculos pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes. Frecuentemente presentan muy pocos síntomas, aunque pueden causar más daño que otros tipos de cálculos.
  • Cálculos de Cistina. Estos cálculos son raros y tienden a aparecer en familias con un trastorno hereditario que causa que los riñones excreten mucha cantidad de ciertos aminoácidos (cistinuria).

¿Cuáles son los factores de riesgo asociados al desarrollo de cálculos renales?

Los factores que aumentan el riesgo de padecer cálculos renales son los siguientes:

  • Deshidratación. Beber agua en cantidad insuficiente puede aumentar el riesgo de tener cálculos renales. Las personas que viven en climas cálidos y que transpiran mucho presentan un mayor riesgo mayor que otras personas de desarrollar cálculos renales.
  • Dietas poco saludables. Llevar una dieta alta en Sodio (sal), proteínas animales y azúcar eleva el riesgo de tener cálculos renales. El exceso de sal en la dieta incrementa la cantidad de Calcio filtrado por el riñón, lo que aumenta de manera considerable el riesgo de tener cálculos renales.
  • Obesidad. El sobrepeso, la obesidad y el aumento de la grasa abdominal se pueden asociar con un incremento del riesgo de tener cálculos renales.
  • Antecedentes personales o familiares. Si alguna vez tuviste uno o más cálculos renales, tienes un mayor riesgo de tener otro. Si alguien de tu familia tiene cálculos renales, tienes más probabilidad de padecer la enfermedad.
  • Cirugía y enfermedades digestivas. La cirugía de bypass gástrico y las enfermedades inflamatorias intestinales (Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn) afectan la absorción de Calcio y de agua en el intestino, lo que aumenta los niveles de sustancias que forman cálculos en la orina.
  • Otras causas.  El hiperparatiroidismo (enfermedad de las glándulas paratiroides), la Gota (tipo de artritis) y ciertos medicamentos utilizados para el tratamiento de pacientes con inmunodeficiencia humana (VIH), así como algunos antibióticos aumentan el riesgo del riesgo de tener cálculos renales.

¿Cuáles son los síntomas asociados a los cálculos renales?

Un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o hasta que pasa por el uréter (conducto que conecta el riñón con la vejiga). En ese momento, podrías tener los siguientes signos y síntomas:

  • Dolor que viene en oleadas tipo cólico, cuya intensidad fluctúa, localizado en los flancos y en la espalda, debajo de las costillas.
  • Dolor que se extiende hacia la parte inferior del abdomen y hacia la ingle
  • Dolor al orinar
  • Orina de color rosa, rojo o café
  • Orina turbia o con olor desagradable
  • Necesidad constante de orinar
  • Micciones en pequeñas cantidades
  • Náuseas y vómitos
  • Fiebre y escalofríos si existe una infección

El dolor causado por un cálculo renal puede cambiar en su localización e intensidad a medida que se desplaza a través de las vías urinarias.

¿Qué debo hacer si sospecho que tengo un cálculo renal?

Consulta a un médico lo antes posible. Es posible que te pida que tomes abundante líquido en un intento de aumentar el flujo de orina y así facilitar el desplazamiento y eliminación del cálculo.

Solicita atención médica de urgencia si presentas alguno de los siguientes síntomas:

  • Dolor tan intenso que no pueda sentarse en posición derecha o encontrar una posición cómoda
  • Dolor acompañado por náuseas y vómitos
  • Dolor acompañado por fiebre y escalofríos
  • Dificultad para orinar

Tu médico te indicará analgésicos y algunos otros medicamentos que pueden facilitar la eliminación del cálculo. Adicionalmente te solicitará estudio de imágenes que permitirán ubicar el cálculo en la vía urinaria, determinar su tamaño y probabilidad de eliminación en forma espontánea, así como detectar complicaciones tales como obstrucción de las vías urinarias.

¿Cómo se diagnostican los cálculos renales?

Si tu médico sospecha que tienes cálculos renales, seguramente te solicitará alguno de los siguientes análisis y procedimientos de diagnóstico:

  • Estudio de imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes pueden mostrar cálculos renales en las vías urinarias. Las opciones abarcan desde una simple radiografía abdominal, en la cual los cálculos renales pequeños pueden pasar inadvertidos, hasta la tomografía computarizada  que puede mostrar incluso cálculos muy pequeños. Otras opciones de estudios por imágenes son la ecografía y la tomografía computarizada con contraste, que considera la administración de medio de contraste en una vena del brazo y tomar imágenes de tomografía computarizada a medida que el contraste se elimina a través de los riñones y la vejiga.
  • Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar un exceso de Calcio o de ácido úrico en la sangre. Además, algunos análisis de sangre sirven para evaluar la función renal.
  • Exámenes de orina. El análisis de orina de 24 horas puede mostrar que estás eliminando demasiados minerales que forman cálculos o muy pocas sustancias que previenen la formación de cálculos. Este estudio no se efectúa durante el episodio agudo de eliminación de cálculos, sin que en forma diferida varias semanas después.
  • Análisis de los cálculos expulsados.  El análisis de laboratorio revelará la composición de los cálculos renales. Su médico usa esta información para determinar el origen de los cálculos renales y establecer un plan para prevenir la formación de más cálculos renales.

¿Cuál es el tratamiento de los cálculos renales?

El tratamiento de los cálculos renales varía en función del tamaño, localización, del tipo de cálculo, de las complicaciones asociadas y de la causa que le da origen.

Cálculos pequeños con síntomas mínimos

La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento invasivo, ya que serán expulsados en forma espontánea sin mayores complicaciones a excepción del dolor. Es posible que un cálculo pequeño sea expulsado de las siguientes maneras:

  • Ingesta de agua. Tomar entre 2 a 3 litros por día puede ayudar a aumentar el flujo urinario y en consecuencia las probabilidades de desplazar el cálculo. A menos que tu médico te indique lo contrario, bebe suficiente líquido, idealmente agua.
  • Analgésicos. Expulsar un cálculo pequeño puede provocar dolor. Para aliviar el dolor leve, tu médico puede recomendarte analgésicos. Si el dolor persiste o se hace intolerable, debes solicitar una atención de urgencia.
  • Medicamentos. Su médico puede indicarle un medicamento que relaja los músculos del uréter y le ayudará a expulsar el cálculo renal más rápido y con menos dolor.

Cálculos grandes y cálculos que producen síntomas

Los cálculos renales que no se pueden tratar con medidas conservadoras, ya sea porque son muy grandes para expulsarlos solos o porque producen sangrado importante, infecciones de las vías urinarias  o deterioro de la función renal  pueden requerir un tratamiento especializado. Los procedimientos pueden comprender lo siguiente:

  • Extracción por vía endoscópica. Para extraer un cálculo pequeño alojado en el uréter o en el riñón, el médico puede introducir una sonda con fibra óptica que posee una luz y una cámara (ureteroscopio) a través de la uretra y de la vejiga hasta llegar al uréter. Una vez que se localiza el cálculo, mediante instrumentos especiales se atrapa el cálculo y se rompe en trozos que se eliminarán con la orina.
  • Litotricia extracorpórea. Procedimiento que usa ondas sonoras para romper los cálculos. Este tratamiento será indicado por un especialista en Urología.
  • Cirugía para extraer los cálculos renales muy grandes. Un procedimiento llamado nefrolitotomía percutánea consiste en la extracción quirúrgica de un cálculo renal mediante instrumentos que se introducen a través de una pequeña incisión que se realiza en la espalda.
  • Cirugía de la glándula paratiroidea. Algunos cálculos de fosfato de calcio se forman a causa de una alteración en que las glándulas paratiroides producen un exceso de hormona Paratiroidea. En esta enfermedad los niveles de Calcio pueden aumentar demasiado y, en consecuencia, se pueden formar cálculos renales. Extirpar la glándula que produce el exceso de hormona detiene la formación de los cálculos renales. En algunas situaciones, tu médico puede recomendarte un tratamiento para que la glándula paratiroidea reduzca la producción de hormona. Esta enfermedad debe ser evaluada en conjunto con un especialista en Endocrinología y un cirujano especialista en cabeza y cuello.

¿Cómo prevenir la formación de cálculos renales?

La prevención de los cálculos renales puede comprender una combinación de cambios de estilo de vida y el uso de medicamentos.

¿Qué tipo de dieta y cambios en mi estilo de vida tendré que hacer?

Es posible que le pidan que modifique la cantidad de sal, Calcio, oxalato, proteínas, Potasio y líquido que ingiere en su dieta. Un nutricionista puede ayudarte a hacer estos cambios. Las siguientes son modificaciones que puede hacer para reducir el riesgo de cálculos renales:

  • Bebe abundante líquido. Podrían recomendarte que consumas suficiente líquido para orinar aproximadamente 2,5 litros de orina por día. Cuando haga calor, posiblemente necesites beber más agua para compensar la pérdida de líquido secundaria a la transpiración. Esto ayudará a mantener menos concentrada tu orina. La orina menos concentrada reduce el riesgo de la formación de cálculos. Recuerda que la mayor parte del líquido que debes beber es agua. Si la orina es clara y transparente, es probable que estés tomando suficiente agua.
  • Sigue una dieta con bajo contenido en sal. Reduce la cantidad de sal que comes.  El Sodio en exceso hace que pierdas más Calcio en la orina, aumentando el riesgo de producir otro cálculo. Tu médico probablemente te aconseje que limites el consumo de Sodio a 2 o 3 gramos al día. Una nutricionista puede ayudarte a modificar la cantidad de Sodio que ingieres en tu dieta.
  • Reduce la ingesta de alimentos ricos en oxalatos. Si tus cálculos son de oxalato de Calcio, tu médico podría recomendarte que reduzcas los alimentos ricos en oxalatos. Estos comprenden: espinaca, acelga, nueces, maní, papa camote, té, cerveza, chocolate, productos de soya, así como también frutos rojos como moras, frambuesas y fresas.
  • Consume alimentos ricos en Calcio, pero presta atención con los suplementos de Calcio. El Calcio de los alimentos no afecta el riesgo de cálculos renales. Es posible que no tengas que limitar la cantidad de Calcio que ingieres con la comida. Es importante que hables con tu médico y nutricionista sobre la cantidad correcta de Calcio que debe ingerir. Las dietas bajas en Calcio durante tiempo prolongado pueden producir pérdida de la masa ósea u osteoporosis. Por otra parte, algunos suplementos de Calcio contienen vitamina D, lo que puede ser un problema con algunos tipos de cálculos.

¿Hay algún otro cambio en mi dieta que me ayude a prevenir la formación de cálculos renales?

Reducir la cantidad de proteínas animales puede ayudar. Las fuentes de proteínas animales incluyen la carnes rojas, el cerdo, pollo y el pescado. Conversa con tu médico o nutricionista para estar seguro de que tu consumo de proteínas es suficiente, pero no excesivo.

¿Debo tomar algún medicamento para prevenir la formación de cálculos renales?

Algunos medicamentos pueden controlar la cantidad de minerales y sales en la orina, y pueden ser útiles para las personas que tienen ciertos tipos de cálculos. El tipo de medicamento que le recete su médico dependerá de la clase de cálculo renal que tenga o de las alteraciones que se hayan identificado en sus análisis de orina.

¿Puedo tomar un suplemento de vitaminas o minerales si tengo cálculos renales?

Consulta a tu médico o nutricionista sobre el uso de suplementos con vitamina C, vitamina D, aceite de pescado o suplementos que contienen Calcio, ya que en algunas personas ciertos suplementos pueden incrementar la probabilidad de que formen cálculos.

Los suplementos con vitaminas del complejo B (Tiamina, Riboflavina, Niacina, vitamina B6 y vitamina B12) no tienen un efecto dañino para las personas que tienen cálculos renales.

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